Todo el mundo ama el yoga; dieciséis millones y medio de americanos lo practican regularmente, y veinticinco millones más dicen que lo probarán este año. Si has estado despierto y respirando aire en el siglo XXI, ya sabes que esta práctica hindú de salud y espiritualidad hace tiempo que ha dejado de ser un juego de niños.
El yoga es americano; ha aparecido en la portada de Time dos veces, ha adquirido la aprobación de celebridades de la lista A como Madonna, Sting y Jennifer Aniston, y sigue siendo la historia de moda para editores y reporteros, que producen un promedio de ocho historias de yoga al día en el mundo de habla inglesa… Los consumidores gastan 3.000 millones de dólares cada año en clases de yoga, libros, vídeos, CDs, DVDs, alfombras, ropa y otras necesidades.
El yoga se está integrando rápidamente en instituciones tradicionalmente seculares como la educación pública, la atención médica y el lugar de trabajo. Ha sido ampliamente aceptado por los católicos romanos y los protestantes de línea principal, y en los últimos años un movimiento de yoga cristiano ha estado prosperando entre los evangélicos. Debido a su estatus de estrella del rock, he desarrollado el acrónimo Y-O-G-A para darles una visión general memorable de lo que implica esta práctica.
¿Qué es el Yoga?
«Y» nos recuerda que la palabra «yoga» viene de la palabra sánscrita «yogah», que significa «yugo o unir». De hecho, el objetivo del yoga es desacoplarse del mundo material y unirse con el Dios del hinduismo, comúnmente entendido como Brahman, la impersonal conciencia cósmica del universo. En otras palabras, el yoga es el medio por el cual la mente del usuario se fusiona con la mente universal.
«O» representa el mantra hindú «Om», una sílaba sagrada en sánscrito apreciada por los yoguis hindúes como la quintaesencia hablada del universo. Repetir mantras como Om una y otra vez es el principal medio por el cual los practicantes de yoga se abren camino hacia estados alterados de conciencia. El objetivo de lograr un estado alterado de conciencia es siempre el mismo: embotar el proceso de pensamiento crítico porque la mente es vista como el obstáculo para la iluminación.
«G» recuerda a los gurús que desarrollaron y diseminaron el yoga con el propósito expreso de lograr la unidad con el Dios impersonal del Hinduismo. Entre los gurús destaca Patanjali, el sabio hindú que fundó el yoga alrededor del siglo II a.C. De particular importancia en Occidente es el mencionado gurú, Swami Vivekananda, discípulo del autoproclamado «hombre-dios» Sri Ramakrishna.
Finalmente, la «A» en Y-O-G-A servirá para recordar la palabra hindú asana. Así como la repetición de la palabra «Om» se utiliza para trabajar a los devotos en estados alterados de conciencia, también un regimiento de asanas – o posturas corporales – se utilizan para lograr una sensación de unidad con el flujo de energía cósmica del universo. Junto con los ejercicios de respiración y las prácticas de meditación, las posiciones de asanas son el camino hacia la serenidad y la espiritualidad.